¿Siguen siendo las empresas del futuro negocios lejanos?

¿Qué son las empresas del futuro? Cuando pensamos en las empresas del futuro pareciera que seguimos aludiendo a algo que siempre está por llegar, pero cuándo. Eso que llamamos futuro realmente se sitúa en el porvenir o está a la vuelta de la esquina. Ciertamente no se han cumplido algunas promesas de la tecnología, que todavía rayan en la ciencia ficción. Sin embargo, no podemos seguir postergando en nuestra percepción el inminente cambio que se avecina.
Anteriormente las innovaciones aparecían en lapsos más dilatados de tiempo. Ahora tenemos una todos los días y en diferentes partes del mundo. Incluso, se requiere un esfuerzo tratar de estar al día, más aún en estos tiempos de comunicaciones y sucesos a toda velocidad.
Las empresas no son la excepción. Estamos al tanto del papel que muchas de ellas juegan en las modificaciones de los paradigmas sociales y de interacción entre las personas. Basta solo con pensar en todo lo que actualmente representa el social media para tener una idea ¿Están las empresas preparadas para afrontar el futuro y ser parte de él? Todavía parece quedar un margen de acción para renovar los viejos estándares y entrar en el nuevo mundo empresarial.
El futuro es el negocio electrónico
Con Internet todo, sin Internet nada. Esta es la premisa que regirá toda tendencia organizacional. Si muchas empresas ya comprenden la importancia de abrirse a la era de la transformación digital, en el futuro esto se convertirá en una ley decisiva en el ambiente empresarial. El negocio como lo conocemos en el presente se transformará en negocio electrónico. Este mostrará una amplia gama de modalidades con diferentes usos de la web. El también llamado E-business será, en pocas palabras, el modo por excelencia para trasmitir y usar la información.
La alianza entre la conectividad y la empresa será definitiva para el cumplimiento de sus objetivos y la optimización del desempeño diario. El contacto con el público, clientes y usuarios comenzará a filtrarse a través de Internet. Por lo tanto, para las empresas lograr sus metas dependerán de la presencia en línea que tengan y sus actitudes positivas hacia la revolución digital. A partir del año 2017 los avances en esta materia serán más impresionantes, igualmente se dará la presencia infaltable de los dispositivos móviles.
El teléfono inteligente seguirá ganando terreno. Por ese motivo, las empresas del futuro propiciarán la accesibilidad a través de diseño web con adaptabilidad. También, se consolidará una extensa variedad de productos electrónicos que funcionarán a través de Internet. Estos dejarán de ser objetos de lujo y pasarán al uso cotidiano. Las organizaciones se adaptarán a estos cambios, asimilando sus procesos y creando nuevas soluciones o alternativas competitivas en un mercado mucho más dinámico.
Las empresas del futuro y el capital del conocimiento
El futuro empresarial se caracterizará por el valor otorgado al saber. Debemos habituarnos a la noción de “economía del conocimiento”, aquella que se sustenta en el valor de la formación. El negocio electrónico demandará colaboradores capacitados, dispuestos a instrucción y con alto sentido de compromiso y eficiencia laboral. Las empresas buscarán formar equipos versátiles y el trabajo remoto se afianzará. Las organizaciones mejorarán sus tareas gracias a la articulación de su estructura y la especialización de sus operaciones. Como resultado, veremos compañías a la vanguardia en sus respectivos segmentos de mercado.
Un mundo de transacciones online
La expectativa del futuro empresarial y la revolución en la administración de oferta de bienes y servicios apunta claramente el dominio del comercio en línea. La experiencia del presente muestra cómo se han ido modificando los hábitos de compra entre las personas. Cada día más inclinadas a la ubicuidad y la rapidez. Es este el momento más propicio para que las empresas faciliten las transacciones online con sus clientes, antes de perder visibilidad en el mercado. El comercio electrónico no es un asunto pasajero. Es ahora una realidad y dentro de poco será una obligación.
El futuro también es la globalización. El Internet está difuminando los límites y fronteras. Las personas comienzan a verse como ciudadanos del mundo. No solo las generaciones se han adaptado a la tecnología, ahora somos parte inseparable de ella. El futuro de las compañías será el de la generación de los nativos digitales ¿Qué quiere decir eso? Que para las sociedades del futuro la tecnología es un modo de percibir y entender el mundo. De manera que, se privilegiará el contacto directo, en segundos, sin mediaciones y, más importante, cuando el cliente lo desea.
¿Y la rentabilidad?
A nivel de ganancias las empresas dedicadas al comercio en línea generarán más ingresos y tendrán más clientes. Serán completamente internacionales, no existirán barreras idiomáticas o culturales. Las transacciones comerciales ganarán en seguridad y prontitud. Por consiguiente, índices mayores de retorno de la inversión. Si bien esta es ya una realidad comprobada del Ecommerce, para el futuro de estas empresas, la cotidianidad terminará por eliminar las reticencias que aún persisten entre algunos clientes potenciales. Por ello, los ejemplos de comercio electrónico se abrirán un largo y fructífero camino.
Veremos más del B2B (business to business) y el B2C (business to consumer), pero las otras alternativas que recién adquieren mejor estructura se mostrarán como ejemplos plenamente desarrollados. ¿Tendrá el Ecommerce competencia? Creemos que más pertinente sería hablar de un complemento. Es el caso de Mobile Commerce o Mcommerce. Exclusivo para transacciones comerciales con dispositivos móviles. La tecnología a futuro superará las limitaciones que enfrentan estos aparatos frente al computador. Cuando esto suceda el Mcommerce será tendencia en el comercio electrónico.
La transparencia se transformará en fidelización
Las organizaciones empresariales serán completamente visibles al público. En consecuencia, sus acciones, procesos y reputación transparentes. La fidelización del cliente provendrá directamente del buen servicio, de una atención oportuna. Esto significa que habrá un aprecio por el valor del cliente, quien se hace parte del negocio y aprovecha su experiencia como un acontecer positivo. La ética empresarial se fundamentará en el mérito y en el esfuerzo aplicado al servicio al cliente. El predominio y crecimiento obedecerá directamente de las buenas acciones. Asimismo, las empresas del futuro invertirán más en responsabilidad social y estarán en sintonía con los cambios sociales.
El presente es oportuno para incorporarse a la transformación digital, las herramientas están disponibles. Y para ser parte del cambio lo necesario es redefinir el enfoque con miras a aprovechar lo que el Internet trae consigo. Las empresas deben asumir el reto de este llamado a la acción e integrarse al futuro prometedor del negocio electrónico.
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